En filosofía del 2024 este puede ser uno de los memorables, con textos como este:
"¿Qué está en juego en la insistencia sobre el valor del olvido? Quizá la capacidad, en palabras de Friedrich Nietzsche, de «convertirte en lo que eres». Crecer hacia un yo pleno requiere un poco de oscuridad y un poco de opacidad. Al fin y al cabo, es en esos «espacios grises», o turbios, donde cada uno de nosotros tiene la libertad de determinar su futuro.
Como escribió Foucault en uno de sus pasajes más conmovedores, el principal interés de la vida y del trabajo es convertirte en otra persona que no eras al principio. Si al empezar un libro supieras lo que dirías al final, ¿crees que tendrías el valor de escribirlo? Lo que es cierto para la escritura y para una relación amorosa, afirma, también lo es para la vida. Como de formas variadas se repetiría después de él: “El juego vale la pena en la medida en que no sabemos cuál será el final.”
El juego de la vida depende de que recordemos que cada persona vive parcialmente en la sombra. Que a veces es necesario acceder y abrazar nuestras partes más profundas, las que nadie -ni nada- puede sondear.
Y aquí puede estar, en conclusión, las presentes revelaciones: la privacidad como derecho legal a controlar la información tiene serias limitaciones; los retos tecnológicos de la fotografía a la era digital cambian el significado de la privacidad; y un yo profundo, interior e incognoscible es una fuente vital de creatividad y acción en el mundo."
Bajo esta categoría, destacaría uno de los artículos que más visitas y aprobaciones ha recibido hasta la fecha, a pesar de que saliera prácticamente al final del año:
*Esperando a un nuevo Godot*
El texto plantea una reflexión crítica sobre la centralidad de la espera como categoría existencial y su proyección contemporánea en torno a la inteligencia artificial general (AGI). A partir de la obra Esperando a Godot de Beckett, se traza un paralelismo entre la condición humana —marcada por el anhelo de sentido y la necesidad de proyectar horizontes— y la narrativa tecnosalvífica que envuelve el desarrollo de la IA. En un contexto postmoderno donde los grandes metarrelatos religiosos, ideológicos o científicos han perdido fuerza orientadora, la tecnología parece haber ocupado ese vacío simbólico, erigiéndose como nuevo depositario de expectativas mesiánicas. El texto advierte, sin embargo, del riesgo de reproducir un ciclo histórico de promesas infladas y desencantos recurrentes, propio de las sucesivas "primaveras" e "inviernos" de la IA. La AGI se configura así como un nuevo “Godot”: una figura ambigua que cataliza esperanzas, temores y discursos, pero cuya llegada permanece indeterminada. Frente al entusiasmo desmedido y las profecías tecnofuturistas, se reivindica la necesidad de moderar las expectativas y recuperar una mirada lúcida sobre la naturaleza humana, no tanto por la superioridad de nuestras capacidades técnicas, sino por nuestra conciencia de la finitud, nuestra vulnerabilidad compartida y nuestra capacidad relacional. La espera, en última instancia, no es solo un estado pasivo, sino el motor simbólico que estructura nuestra existencia, y que puede ser, paradójicamente, objeto de manipulación en la era del tecnoimaginario.
En filosofía del 2024 este puede ser uno de los memorables, con textos como este:
"¿Qué está en juego en la insistencia sobre el valor del olvido? Quizá la capacidad, en palabras de Friedrich Nietzsche, de «convertirte en lo que eres». Crecer hacia un yo pleno requiere un poco de oscuridad y un poco de opacidad. Al fin y al cabo, es en esos «espacios grises», o turbios, donde cada uno de nosotros tiene la libertad de determinar su futuro.
Como escribió Foucault en uno de sus pasajes más conmovedores, el principal interés de la vida y del trabajo es convertirte en otra persona que no eras al principio. Si al empezar un libro supieras lo que dirías al final, ¿crees que tendrías el valor de escribirlo? Lo que es cierto para la escritura y para una relación amorosa, afirma, también lo es para la vida. Como de formas variadas se repetiría después de él: “El juego vale la pena en la medida en que no sabemos cuál será el final.”
El juego de la vida depende de que recordemos que cada persona vive parcialmente en la sombra. Que a veces es necesario acceder y abrazar nuestras partes más profundas, las que nadie -ni nada- puede sondear.
Y aquí puede estar, en conclusión, las presentes revelaciones: la privacidad como derecho legal a controlar la información tiene serias limitaciones; los retos tecnológicos de la fotografía a la era digital cambian el significado de la privacidad; y un yo profundo, interior e incognoscible es una fuente vital de creatividad y acción en el mundo."
https://humanidades.substack.com/p/la-bondad-del-olvido
Recomiendo mi nuevo Substack, Jardín entre las llamas. Está en la intersección entre filosofía, teología y ensayo personal. Pasen y denle una mirada!
Gracias!
Hola, ya he visto de lo que trata tu boletín, buen tema (la belleza de lo cotidiano), y tus dos posts por ahora.
Suerte !!!
Bajo esta categoría, destacaría uno de los artículos que más visitas y aprobaciones ha recibido hasta la fecha, a pesar de que saliera prácticamente al final del año:
*Esperando a un nuevo Godot*
El texto plantea una reflexión crítica sobre la centralidad de la espera como categoría existencial y su proyección contemporánea en torno a la inteligencia artificial general (AGI). A partir de la obra Esperando a Godot de Beckett, se traza un paralelismo entre la condición humana —marcada por el anhelo de sentido y la necesidad de proyectar horizontes— y la narrativa tecnosalvífica que envuelve el desarrollo de la IA. En un contexto postmoderno donde los grandes metarrelatos religiosos, ideológicos o científicos han perdido fuerza orientadora, la tecnología parece haber ocupado ese vacío simbólico, erigiéndose como nuevo depositario de expectativas mesiánicas. El texto advierte, sin embargo, del riesgo de reproducir un ciclo histórico de promesas infladas y desencantos recurrentes, propio de las sucesivas "primaveras" e "inviernos" de la IA. La AGI se configura así como un nuevo “Godot”: una figura ambigua que cataliza esperanzas, temores y discursos, pero cuya llegada permanece indeterminada. Frente al entusiasmo desmedido y las profecías tecnofuturistas, se reivindica la necesidad de moderar las expectativas y recuperar una mirada lúcida sobre la naturaleza humana, no tanto por la superioridad de nuestras capacidades técnicas, sino por nuestra conciencia de la finitud, nuestra vulnerabilidad compartida y nuestra capacidad relacional. La espera, en última instancia, no es solo un estado pasivo, sino el motor simbólico que estructura nuestra existencia, y que puede ser, paradójicamente, objeto de manipulación en la era del tecnoimaginario.
https://newsletter.ingenierodeletras.com/p/esperando-a-un-nuevo-godot